DIETAS DEL SIGLO XX Y DEL SIGLO XXI. ALGUNOS MITOS

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Antes de ir al grano, quiero hacer un inciso y dejar claro que, a la hora de llevar a cabo una dieta o un régimen lo apropiado es contactar con un profesional, sobre todo si padecemos un sobrepeso severo, obesidad u otras enfermedades. Todo lo que yo os cuento en éste blog lo he aprendido de profesionales y por mis propias experiencias, pero en ningún caso puedo animaros a que mis consejos sobre alimentación sustituyan al hecho de contactar con un nutricionista, dietista, endocrino o simplemente pasar por la consulta del médico de cabecera. Debemos recordar la forma en la que comemos está directamente relacionada con nuestra salud, por ello se merece que nos pongamos en manos de un buen profesional.

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Para muchos el problema suele ser el sobrepeso, pero hay personas que manteniéndose delgadas coman lo que coman, os aseguro que eso no es tampoco un sinónimo de estar sanos. Comer bien, no solo por el hecho de mantener los kilos a raya, sino también para que el colesterol no suba más de la cuenta o evitar enfermedades como la diabetes son buenas razones por las cuales llevar a cabo unos hábitos de vida saludables y una dieta equilibrada.

Cuando hablo de dieta equilibrada no hablo de morirse de hambre o alimentarse a base de verdura; para mi una dieta equilibrada significa comer de todo y repartir las ingestas en 5 o 6 diarias, teniendo presente el desayuno, el almuerzo, la comida, la merienda, la cena, y si hemos cenado muy pronto, hacer una sexta ingesta antes de ir a la cama. No pasando hambre es de la forma que se consigue adelgazar de una forma sana.

El secreto está en elegir bien los alimentos y como cocinarlos, porque creedme, que no es lo mismo comerse unas lentejas con verdura, que con chorizo.

Las dietas del siglo pasado, o así las llamo yo, son esas dietas que culturalmente, en casa, mamá y papá nos enseñaban. Por ejemplo comer la fruta después de comer o de cenar. Estudios recientes demuestran que la fruta es mucho más saludable por las mañanas en el desayuno (una pieza), otra vez tomar la fruta en el almuerzo y de nuevo en la merienda; nuestra cultura nos ha enseñado a comer la fruta con el estómago lleno (después de comer o de cenar) pero si la comemos con el estómago vacío no fermenta. Al comerla con el estómago vacío nos saciamos ya que la fruta es fuente de fibra y después a la hora de la comida o la cena no tenemos tanta hambre.

Un vaso de leche con galletas antes de ir a cenar. Error total. SI tomamos un vaso de leche con galletas antes de ir a dormir, la bomba calórica que metemos al cuerpo cuando ya no necesita energía es excesiva. Antes de ir a dormir si tenemos hambre lo mejor es tomar un vaso de leche desnatada o en su defecto un yogur desnatado. Recuerdo, que cuando era pequeña el vaso de leche y las galletas antes de ir a dormir no faltaban. Si seguimos con ese hábito de mayores probablemente se convierta en un obstáculo para perder esos kilos de más.

Las cantidades de las comidas. “Hija, que no comes nada”. Te comías un plato de lentejas con arroz y seguido un filete ruso. Pero eso de “hija, que no comes nada, estaba presente en la mesa y te ponían otro plato………Creedme que no hace falta, y que si estamos intentando bajar de peso, la cantidad es la clave. Un plato de lentejas, seguido de otro plato de verdura o ensalada es ideal.

Las dietas del siglo XXI han llegado para quedarse, aunque debemos recordar, que en cuanto a alimentación se refiere siempre hay cosas nuevas y siempre se está investigando para avanzar.

Los hábitos de vida saludable también requieren hacer ejercicio físico para gozar de una buena salud tanto física, como mental.

Las dietas sanas y equilibradas también incluyen darnos un caprichito de vez en cuando, que quereserse y cuidarse, también es eso! dieta-equilibrada

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